Las navidades pueden ser una época preciosa del año. Las luces, los regalos, los buenos deseos, los reencuentros, las muestras de cariño, o la ilusión de los pequeños de la casa pueden ser motivos muy poderosos para que entendamos estas fechas como felices y mágicas.
Pero no es la única forma de experimentar la navidad, y es que también pueden ser unas semanas muy difíciles para muchas personas por motivos diferentes.
Las navidades pueden ser difíciles para personas que han experimentado la pérdida de algún ser querido, para personas que se sienten solas, para personas con falta de recursos, para personas con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), para personas con fobia social, etc.
Culturalmente las navidades se entienden como una época de felicidad, de generosidad, de regalos, de grandes reuniones familiares, de grandes cantidades de comida… Todo ello se refuerza con diferentes contenidos publicitarios, haciendo crecer en nosotros la idea de “cómo tienen que ser unas felices fiestas”.
Para poder procesar cantidades enormes de información, nuestro cerebro trabaja elaborando resúmenes. Resume en la idea de “Navidad” otros aspectos en base a los datos que ha ido recogiendo con el paso de los años, y con este resumen elabora expectativas. Al ser una época asociada a tantos aspectos idílicos y positivos nuestras expectativas seguirán esa línea, lo que puede llevarnos a sentirnos decepcionados y frustrados al no cumplirse.
Os dejamos algunas ideas o estrategias que podemos poner en práctica en estas semanas para ayudarnos a transitarlas si es que esta época, por el motivo que sea, nos duele:
- Intentaremos reconocer nuestras necesidades, nuestras preferencias y nuestros límites. Esto implica, por ejemplo, escoger con qué familiares nos queremos reunir, decidir si queremos asistir a las comidas o cenas o si no, decidir hasta qué hora nos quedamos…
- Programaremos actividades gratificantes, algo que nos guste hacer o que nos genere calma, tengan o no que ver con la navidad y sean o no con otras personas. Darme un baño caliente, salir a pasear a ver las luces, irme a pasear a la playa, ponerme una de mis películas favoritas, empezar o releer algún libro, ir solxs al cine…
- Ser conscientes de las expectativas que se generan en estas fechas y de su carácter publicitario. No tiene por qué ser la época más mágica, ni más bonita, ni más familiar del año. No estoy obligadx a disfrutarlas ni a que sea una época feliz.
- Hablar de cómo nos sentimos con personas de nuestra confianza. De los sentimientos encontrados, las expectativas, las emociones desagradables, los duelos, etc.
- Crea tus propias tradiciones, no tienen por qué tener que ver con la navidad. Puedo escoger, por ejemplo, elaborar mi plato favorito o comer macarrones con tomate, no tiene por qué ser algo elaborado.
- Podemos optar por buscar algún plan alternativo, irnos de vacaciones en esas fechas, de crucero, contratar la cena en un hotel, etc.
- También podemos participar en algún voluntariado. Son muchas las iniciativas solidarias en estas fechas. El espíritu de la navidad es el que yo quiera y/o pueda darle. Quién sabe, quizás incluso me guste o me siente bien y llegue a convertirse en una actividad que yo mantenga el resto del año.
Pasa unas Felices Fiestas si puedes, y si no puedes, siempre recuerda que en unas semanas se habrán pasado.
¡Gracias por acompañarnos un año más!
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