HOY QUEREMOS LANZAR UN MENSAJE REIVINDICATIVO HACIA LA NO ACEPTACIÓN DE LA EVOLUCIÓN DEL FÍSICO DE LA MUJER
¿Recordáis a la madrastra de Blancanieves? ¿Qué le preguntaba al espejito? ¿Y qué sentía hacia Blancanieves? Os vendrán a la cabeza imágenes de su expresión de odio y envidia, y su obsesión por parecer más guapa que la joven Blancanieves. De ahí su deseo de envenenarla. Vaya, aprendizajes algo cuestionables de aquellas películas, lo comprendemos porque data del año 1943. Pero ahí lo dejamos…
El Síndrome de Blancanieves hace referencia a la distorsión de la imagen que una mujer tiene de sí misma con respecto a su juventud, belleza o cualidades características de aquella época, y a la envidia que siente hacia las personas más jóvenes y que considera más atractivas.
Como psicológas especializadas en Trastornos de la Conducta Alimentaria, y que vemos diariamente la insatisfacción con el propio cuerpo y todo lo que esto implica a nivel físico y mental, hoy os cuestionamos:
¿Creéis que puede haber una conexión entre la búsqueda constante e inalcanzable de perfección en las chicas jóvenes y este deseo de no envejecer cuando nos hacemos mayores?
Desde Adamia Psicología consideramos que son los dos extremos de una misma constante, y que comparten un claro denominador común: la no aceptación del propio cuerpo (y de la evolución del mismo). Esta obsesión por alcanzar lo inalcanzable lleva a muchas mujeres a recurrir a operaciones de cirugía estética con las que consideran que “se verán más guapas”.
¿Realmente puedo sentirme más guapa cuando a las que veo frente al espejo no soy yo? No es lo mismo cuidarse que cambiarse.
Desde Adamia Psicología consideramos que este tipo de comportamientos mantienen los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria) y la insatisfacción de la mujer.
¿Por qué nunca estamos bien? ¿Por qué siempre hay algo mejorable? ¿Por qué nunca estamos conformes? ¿Por qué nos da vergüenza decir nuestra edad y nos agrada que nos echen menos años? ¿Acaso hacernos mayores es algo negativo? Si es así, ¿por qué?
En todo esto, la sociedad actual aporta su granito de arena con las malas influencias enmascaradas en las redes sociales, los comentarios, la normalización… frente a un público que muchas veces aun no ha tenido tiempo de desarrollar los recursos necesarios para tener una visión crítica de aquello que ve, simplemente lo asimila e interioriza, y actúa en consecuencia.
Las arrugas, las canas, la celulitis… son maravillosas, implican que nuestro cuerpo evoluciona (¡que estamos vivas!) y que ya no somos unas niñas, somos mujeres adultas. No debemos caer en la inaceptación de nuestra propia evolución, ya que además constituye un modelo pésimo para las próximas generaciones.
Practiquemos más la autoaceptación, el autocuidado y el autoamor. Porque cada una de nosotras es única e irrepetible, en todas y cada una de las etapas de la vida.
Os animamos a que visitéis también nuestro artículo: https://www.adamiapsicologia.es/vejez-en-mujeres-vs-vejez-en-hombres_fb35482.html
¿Os ha hecho pensar este artículo? Ojalá que sí.
¡Gracias por leernos!
Adamia Psicología
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